lunes, 13 de noviembre de 2017

Cuenta la leyenda...

En todos los pueblos, las ciudades e incluso los lugares más recónditos del mundo siempre hay alguien poseedor de hermosas leyendas dignas de ser escuchadas o leídas. Los alumnos del primer curso de ESO se han convertido en creadores de leyendas que han escenificado, contado y asustado a quienes las hemos escuchado.


Apaga la luz.
Escucha cómo tu corazón bombea cada vez más rápido.
No te fíes de nada de lo que oigas.
Escucha con atención.
Lee.




EL AUTOBÚS ENCANTADO


En 2003 tres hermanas un poco extrañas y delicadas llamadas Macaria, Pascasia y Apolonia estaban estudiando en Xacuta. Un día viajaban a Haciciya en autobús a ver a sus padres. Eran las tres de la mañana. Las hermanas iban entusiasmadas porque hacía seis meses que no veían a sus padres. El viaje era un poco largo, unas 16 horas aproximadamente. Macaria era un poco miedosa y decidió irse a la parte delantera del autobús con el conductor. Al llegar el conductor no estaba, Macaria pegó un grito y salió corriendo hasta llegar adonde estaban sus hermanas. Estas no la creían y fueron juntas a comprobarlo. Cuando llegaron vieron un líquido rojizo en el volante y Pascasia dijo:

- ¡Es sangre! ¿Qué ha pasado, por Dios?

Macaria asustada empezó a llorar.

- ¡Vamos a bajarnos! ¡Por favor!

- ¿Pero cómo vamos a bajarnos? ¡El autobús no se para!

- A ver, mantengamos la calma.

- ¡No puedo! ¡Tengo mucho miedo!

De repente apareció un hombre cubierto de sangre y con una mordedura en el lado izquierdo de la barriga. Empezó a pedir ayuda. Las hermanas no sabían qué hacer.

- ¡Socorro! Por favor salgamos ya de aquí.

Pascasia, que era la más valiente, dijo:

- ¡Pero vamos a ayudar a ese pobre hombre! ¡Está muy herido!

- ¿Qué le pasa, señor?

El señor no le contestó.

- ¡Señor! ¡Señor! ¡Señor!

Siguió sin contestarle. Cuando lo tocó estaba muerto. Pascasia pegó un gritó y Macaria respondió:

- ¿Qué pasa? ¿Qué pasa?

Pascasia, nerviosa, no sabía qué decir.

- Pascasia, responde. ¿Qué pasa?

- El..el..el conductor está...está...muerto.

En ese mismo instante sonó el móvil. Era mamá. Apolonia lo cogió y dijo:

- ¡Hola, mamá!

Pero el telefóno se apagó y el autobús se paró. Macaria dijo:

- ¡Este es el momento! ¡Bajémonos ya de aquí!

Las hermanas muy dedididas fueron a bajarse. Cuando ya tenían un pie fuera, el autobús volvió a ponerse en marcha.

¿Se habrían caído las hermanas? ¿Se habrán muerto?


Marina Valero Bizarro
Asier Antonio Torres Morales
Gonzalo Pérez Lebrato
Clara Bizarro Domínguez


LA MALDICIÓN DE LA BICICLETA


La historia comienza con una familia pobre con un niño muy exigente llamado Eclat, que quería una bicicleta y todos los días rogaba que se la compraran:

- Mamá, por favor, ¿me puedes comprar una bici?

- Lo siento, hijo, no tenemos el suficiente dinero. Si apenas tenemos para comida, ¡cómo vamos a tener para comprarte una bicicleta!

Al día siguiente, su padre, don Bucay, apareció con una bicicleta que había robado de una familia cuyo dueño era una niño que había muerto días antes.

Eclat y Packard, su mejor amigo, fueron de ruta con sus bicicletas. Los dos niños se perdieron y estaba ya anocheciendo.

- ¿Dónde estamos, Packard? Me tengo que ir a casa.

- ¡Yo ya debería estar en mi casa!

La bicicleta de Eclat se fue al bosque moviéndose de pie como si estuviera alguien montado. En efecto, era el alma del niño, el antiguo dueño. Empezaron a oírse sollozos:

- ¡Mamá, mamá¡ ¿Dónde estás?

Sus padres, desesperados, se preguntaban sobre él:

- ¿Dónde estará? ¿Le habrá sucedido algo?- le decía Noschi a su marido. Ella pensaba lo peor, que se había accidentado con la bicicleta.

Ya de noche fueron en su busca y se encontraron la bicicleta tirada con  risas inquietantes que sonaban de fondo entre el frío bosque.

¿Qué habrá pasado?

Manuel Bizarro Vega
Jesús Carrasco Toscano
Rebeca Costillo Palacios
Candela Rodríguez Córdoba


LA SOMBRA DE LA ABUELA DE HASSEN




Cuenta la leyenda que en una casa alejada de la gran ciudad, vivía un niño llamado Hassen. Este era  huérfano de padre y madre y vivía con su abuela, una persona muy mayor a la que no le quedaba mucho tiempo de vida. Hassen no quería que muriese, pues ya había sufrido bastante con la muerte de sus padres.


Su abuela tenía la costumbre de rezar con él todas las noches y contarle historias de su juventud. Una noche le contó la historia de un joven al que se le aparecían las sombras de sus difuntos familiares. Esa noche Hassen tenía miedo, pero aquello pasó y se quedó dormido. A media noche se despertó con mucho miedo, fue a la habitación de su abuela, tocó la puerta, pero nadie contestaba...entró...pero no había nadie. Él pensaba que había salido. Pasó la noche y la mañana, su abuela no había vuelto pero no le dio mucha importancia. Sin embargo, al llegar la noche, algo extraño se le apareció, se parecía a su abuela. Pensaba que ya había llegado:


- ¡Abuela! ¡Abueeeela!


Nadie contestaba, aunque él sí la veía. Su abuela se fue como si nada, era su sombra...


Después de unos días se la encontró en un riachuelo que pasaba cerca de su casa. Se llevó un gran disgusto, pues ya no tenía a nadie. Hassen siguió viviendo en la casa de su difunta abuela. Siguió rezando como de costumbre con la sombra de su abuela, que se le aparecía todas las noches. Oía cosas raras y sentía que sus familiares muertos aún deambulaban por ella. Entonces pensó que la historia que le contó su abuela se había hecho cierta.


Los vecinos le preguntaron que cómo estaba su abuela. Él les explicó que había muerto y los vecinos le contaron que eso no era posible porque la habían visto la tarde anterior paseando por el barrio. Hassen pensó entonces que, al igual que él, los vecinos también habían visto su sombra.


Con el paso de los años unos descendientes de la familia reformaron la casa y se fueron a vivir en ella sin conocer lo que se les venía encima. Pasaron los días y la familia percibía algún movimiento en la casa por las noches y alguien rezando:


- “Padre nuestro, que estás en el cielo...”


Un día el padre de la familia se armó de valor e intentó descubrir qué era lo que pasaba. Vio una sombra. Al día siguiente decidieron jugar a la Ouija para saber qué estaba pasando en la casa. Prepararon el material y le preguntaron muchas cosas, entre ellas:


- ¿Quién eres?


- Soy la abuela de Hassen.


- ¿Te han matado?


- Sí.


- ¿Quién?


- Haaaaasen.


Descubrieron que Hassen la mató porque tenía problemas psicológicos. Por eso la sombra de su abuela se le aparecía a Hassen todas las noches.


La familia llena de miedo se mudó a otra casa.


¿Seguirá deambulando la sombra de la abuela por la casa?


 


Nazaret Bizarro Aguilar
Luis Manuel García Toscano
Lucía Guerrero López
Pablo Delgado Rodríguez


LA SILLA ENCANTADA



A mediados del siglo XIX una familia formada por la madre, un hijo y una hija, limpiaban el trastero de la casa, quitando los recuerdos de su padre, incluida la silla donde se mecía y donde apareció muerto. Aquel día era 1 de noviembre y todos los años, ese mismo día, se escuchaban ruidos extraños en el trastero, donde estaba la silla.


- Mamá, estoy escuchando ruidos raros en el trastero – dijo Vangesineitor.


- Es verdad – dijo su madre – Ves a llamar a tu hermana.


- Bralonga, Bralonga, ven rápido. Mamá nos llama.


Bajaron todos al trastero rápidamente. Cuando la madre abrió la puerta, la silla estaba balanceándose. Todos se asustaron y llamaron a los vecinos. Se llevaron la silla adonde nadie la viera ni la escuchara al moverse. La familia estaba tranquila porque pensaba que la silla se habría movido por un viento que habría entrado por la ventana.

- Venga, chicos, vámonos a dormir ya. Es tarde – dijo la madre.


- Vale, mamá – dijeron los niños.


Semanas después, Vangesineitor se levantó en la noche a beber agua y volvió a escuchar ruidos. Entonces el niño fue a ver qué pasaba y se puso a hablar con su padre. A la mañana siguiente, cuando la madre fue a despertar a Vangesineitor y se dio cuenta de que no se encontraba en su cama. Empezó a ponerse muy nerviosa. En ese momento, Brolonga llamó la atención de su madre para enseñarle una carta que había encontrado en la que ponía “ADIÓS” y estaba firmada por su padre.


- Es la firma de papá – dijo la madre.


Se puso más nerviosa aún y de repente volvió a escuchar algo en el trastero. Inmediatamente bajó a ver qué pasaba y se encontró a Vangesineitor muerto en la silla encantada.


¿Alguién más morirá en la silla?
  • Aarón Bizarro Águedo
    Victoria Rosa Lima
    Tania Rodríguez Contreras 
    Celia Borrallo Alfonso





2 comentarios:

  1. No he leído mejores relatos de terror, suspense, intriga y miedo que los relatados por los de 1º ESO.

    Que gran talento y que arte tienen en plasmar la imaginación en la escritura, que sigan en en la senda de ir publicando sus narraciones.

    Excelente iniciativa para impulsar la lectura y escritura

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